Fugaz, ligera, dominando prácticamente desde la salida, Thompson-Herah también se convirtió en la segunda mujer más rápida de la historia tras completar la carrera en solo 10,61 segundos.
Solo la estadounidense Florence Griffith-Joyner ha corrido más rápido con su récord mundial de 10,49 conseguido en Indianápolis, Estados Unidos, en 1988.
Justamente Griffith-Joyner era, hasta hoy, la poseedora del récord olímpico, con un tiempo de 10.62.