De la mano de James Harden los Nets de Brooklyn siguen afianzados en el primer lugar de la Conferencia Este de la NBA y a medida que pasa el tiempo se siguen consolidando como el equipo a vencer esta temporada.
Su récord es de 43 juegos ganados por 15 perdidos, son el segundo equipo que más victorias tienen en la presente campaña, solo por detrás de los Jazz de Utha, quienes lideran la Conferencia Oeste.
Sin embargo, por plantilla, calidad de nombres y juego, son los Nets los principales favoritos al título en este año 2021. Y sin embargo, quedó demostrado que ni siquiera necesitan tener a todas sus estrellas en juego para poder ganar. Kyrie Irving, Kevin Durant y Harden solo han coincidido en siete compromisos.
No parece que haya una respuesta sencilla en el horizonte y menos cuando las piezas encajan mejor de lo esperado. Sucedió con Harden en su día, con Griffin y ahora ha ocurrido con LaMarcus Aldridge en su estreno. El ala-pívot ha tardado siete días en vestir por primera vez la camiseta de los Nets y ha cumplido en su primer partido con sus compañeros con 11 puntos, nueve rebotes, seis asistencias y dos robos en la paliza (89-111) que Brooklyn endosó a los Hornets en casa de Jordan.
Los Nets demostraron ser una máquina bien engrasada en la que no son necesarias todos los mecanismos del engranaje. Sin Durant, Griffin, Harden o DeAndre Jordan el conjunto neoyorquino se apoyó en el buen partido de Irving (15+11+8) y secundarios como Jeff Green (21+8) o Landry Shamet (17) para reforzar la sensación de que, hoy por hoy, son grandes favoritos al anillo.