Logan Paul, el próximo ‘rival’ de Floyd Mayweather, reúne un récord pugilístico que habla por sí solo: una derrota, a los puntos, en su única pelea contra otro neófito cuyo nombre no merece la pena ni mencionar. Con ese bagaje y un número considerable de banalidades en su juventud se ha ganado la oportunidad de subirse a un ring junto a uno de los mejores púgiles de la historia.
La pelea, en la madrugada del próximo lunes, será de exhibición (ocho asaltos), el marco en el que mejor se desenvuelve esta estrella mediática de 26 años, que decidió dar el salto de las redes sociales y las pantallas al deporte de las doce cuerdas.
Empezó a darse a conocer en un canal de internet en el que protagonizaba secuencias humorísticas, alcanzando un notable éxito. Eso le abrió las puertas a la televisión y el cine, donde realizó algunos trabajos, nada que le valiera nominaciones ni para los Emmys ni para los Oscar, pero sí retroalimentó sus diversos perfiles en YouTube, que alcanzan cifras millonarias de usuarios. De la cantidad no vino la calidad, pero sí un montón de dinero que convirtió a Paul en millonario.