Con su rico pedigrí futbolístico, España nunca esperó necesitar una victoria en su último partido del Grupo E contra Eslovaquia para pasar a la siguiente fase de la Eurocopa 2020, pero se ve obligada a tratar el partido del miércoles como una eliminatoria en sí misma.
España fue abucheada por su propia afición tras el empate del sábado en Sevilla contra Polonia (1-1), que siguió a un empate sin goles en el primer partido contra Suecia y que supuso su peor inicio en una Eurocopa desde 1996.
Los tricampeones de Europa son terceros en un Grupo E muy abierto en el que cualquiera de los líderes, Suecia, Eslovaquia y Polonia, cuarta, puede pasar a los octavos de final.