La agenda del presidente de la FIFA Gianni Infantino estará copada este fin de semana. Este sábado, visitará Rio de Janeiro para presenciar la final de Copa América entre Argentina y Brasil; para después cruzar el Atlántico con rumbo a Londres y asistir al encuentro decisivo de la Eurocopa 2020 entre las selecciones de Inglaterra e Italia (vea la final de la Euro este domingo a las 3 p.m. hora del Este por ESPN solo en Estados Unidos).
Se puede decir que el primer partido es el más importante de los dos. Durante las últimas semanas, ha sido prácticamente imposible que el campeonato suramericano compita con su homólogo europeo… hasta ahora. A estas alturas, poco importan los estadios vacíos y el extraño formato de la Copa América, porque todo se reduce a la rivalidad futbolística más pura del planeta.
No existe una verdadera rivalidad de orígenes coloniales o militares entre Brasil y Argentina. Se trata de un enfrentamiento entre los dos países que pueden ufanarse con orgullo de haber producido a los mejores jugadores en la historia del fútbol global. Es una rivalidad tan pura como la boxística (aunque esperamos que se defina sin sangre), razón por la cual les traemos a continuación un análisis del choque entre ambas selecciones.