Las historias de vida de cada uno de los atletas que compiten en los Juegos Paralímpicos de Río no dejan de sorprender. Más aún su fuerza de lucha y constancia. El caso de Matt Stutzman es un claro ejemplo de que nada está perdido si hay una búsqueda de superación.
El estadounidense nació sin brazos debido a una malformación inexplicable y sus padres lo dieron en adopción cuando tenía apenas cuatro meses de edad. Una pareja de Kalona (lowa) lo adoptó y aunque contaba desde pequeño con una prótesis, comenzó a utilizar los pies para realizar las tareas cotidianas.
Hasta que tuvo un problema mayor que lo obligó a perfeccionarse casi por obligación. “No encontraba trabajo y estaba bastante deprimido. Nadie con hijos se siente bien cuando no puede cuidar de ellos. Yo cazaba con rifle cuando era joven y un día tuve una idea: agarré un arco y cacé un animal para llevarlo de comida a casa. Puse en Google ‘cómo cazar sin brazos y no había nada”, contó en una nota publicada en el diario Marca.
Agarré un arco y cacé un animal para llevarlo de comida a casa