El famoso lema olímpico, traducido del latín, es “más rápido, más alto, más fuerte”. A los juegos de Tokio, que comenzarán con la ceremonia de inauguración del 23 de julio, deberíamos agregarle una cuarta exhortación: más silencioso.
Mucho más silencioso. De hecho, los organizadores anunciaron el jueves 8 de julio que ningún espectador podrá acceder a los eventos a realizarse en la capital japonesa y sus alrededores. La decisión se tomó tras el anuncio del primer ministro japonés, Yoshihide Suga, de decretar a Tokio en estado de emergencia debido al aumento de las infecciones de COVID-19 provocadas por la peligrosa variante delta. Es la decisión correcta, pero sigue siendo un duro recordatorio de todo lo que hemos perdido y nos falta por perder en esta pandemia en curso.
(…) Quienes logren clasificar a Tokio competirán sin el impulso psicológico de las gradas. ¿Marcará eso una diferencia en los resultados? Hay atletas que, claramente, juegan para el público y se alimentan de su energía. Otros tienen un enfoque más introspectivo y parecen ser capaces de desconectar todo a su alrededor.